Trovadores y Juglares

Un espacio para compartir las letras y la poesía de los grandes cantautores de nuestro tiempo

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Este espacio busca principalmente lanzar botellas con mensajes cifrados a la "blogósfera". Tal vez lleguen a manos y corazones cómplices... o tal vez te lleguen a ti.

Friday, August 31, 2007

La del pirata cojo.

Sabina, otra vez Joaquín Sabina. Sin duda uno de mis cantautores favoritos –¡y del cual puedo decir que tengo todos sus discos!-.
Me parece que ya lo he dicho todo sobre él –basta con decir que en mi opinión es uno de los tres mejores trovadores de España y uno de los mejores escritores de canciones en lengua española- y ahora quiero compartir esta canción, La del pirata cojo, pues siento que refleja mucho la esencia de lo que para mí es la literatura: el soñar, viajar y vivir todas esas vidas y aventuras que uno acaso no podrá hacer en la vida real. Sólo se necesita un poco de imaginación para partir de viaje enseguida…


No soy un fulano
con la lágrima fácil,
de esos que se quejan sólo por vicio.
Si la vida se deja yo le meto mano
y si no aún me excita mi oficio,
y como además sale gratis soñar
y no creo en la reencarnación,
con un poco de imaginación
partiré de viaje enseguida
a vivir otras vidas,
a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel
de todos los hombres
que nunca seré:

Al Capone en Chicago,
legionario en Melilla,
pintor en Montparnasse,
mercader en Damasco,
costalero en Sevilla,
negro en Nueva Orleans,
Viejo verde en Sodoma,
deportado en Siberia,
sultán en un harén.
¿Policía? ni en broma,
triunfador de la feria,
gitanito en Jerez,
tahúr en Montecarlo,
cigarrillo en tu boca,
taxista en Nueva York,
el más chulo del barrio,
”tiro porque me toca”,
suspenso en religión,
confesor de la reina,
banderillero en Cádiz.
tabernero en Dublín,
comunista en Las Vegas,
ahogado en el Titánic,
flautista de Hamelín.

Pero si me dan a elegir
entre todas las vidas, yo escojo
la del pirata cojo
con pata de palo
con parche en el ojo,
con cara de malo,
el viejo truhán, capitán
de un barco que tuviera
por bandera
un par de tibias y una calavera.

La del pirata cojo
con pata de palo
con parche en el ojo,
con cara de malo,
el viejo truhán, capitán
de un barco que tuviera
por bandera
un par de tibias y una calavera.

Billarista a tres bandas,
insumiso en el cielo,
dueño de un cabaret,
arañazo en tu espalda,
tenor en Rigoletto,
pianista de un burdel,
bongosero en la Habana,
casanova en Venecia,
anciano en Shangri-la,
polizón en tu cama,
vocalista de orquesta,
mejor tiempo en Le Mans,
cronista de sucesos,
detective en apuros,
conservado en alcohol,
violador en tus sueños,
suicida en el viaducto,
guapo en un culebrón,
morfinómano en China,
desertor en la guerra,
boxeador en Detroit,
cazador en la India,
marinero en Marsella,
fotógrafo en PlayBoy.

Pero si me dan a elegir
entre todas las vidas, yo escojo
la del pirata cojo
con pata de palo
con parche en el ojo,
con cara de malo,
el viejo truhán, capitán
de un barco que tuviera
por bandera
un par de tibias y una calavera.

La del pirata cojo
con pata de palo
con parche en el ojo,
con cara de malo,
el viejo truhán, capitán
de un barco que tuviera
por bandera
un par de tibias y una calavera

Thursday, August 23, 2007

El tren.

Lo único que conocía de Coti Sorokin era que tenía un hit en la radio con Paulina Rubio –y Julieta Venegas- llamado Nada fue un error. Era un antecedente, para mi gusto todavía lleno de prejuicios, algo negativo (lo digo por la Paulina Rubio –y siempre me pregunté cómo fue que mi admirada Julieta Venegas estaba en ese trío-). Sin embargo, parafraseando la canción: “todo eso fue un error”, pues en realidad se trataba de un cantautor argentino con talento para el arte de escribir canciones. Lo supe gracias a una niña increíble que me lo mostró más de cerca. Y entonces supe que Coti tenía una historia interesante donde había conocido y tratado a mucha gente que admiro: León Gieco, Mercedes Sosa, Charly García, Maldita Vecindad y sobre todo Fito Páez y Andrés Calamaro (del primero graba en los estudios Circo Beat y del segundo Calamaro colabora en el primer disco de Coti, en agradecimiento a que éste había colaborado en uno de los discos de Calamaro). Su disco Esta mañana y otros cuentos (donde cuenta con la colaboración de gente talentosísima como un Ismael Serrano, por ejemplo) ha sido su consagración definitiva. Un ejemplo del talento de Coti es la nostálgica y bella El tren. Canción que es una de mis preferidas y que me llena de imágenes y recuerdos…

Creo que el tren ya se va
y ahora te quiero,
ahora te quiero
mucho más.

Sin el perfume de los dos
ya no me quiero,
no me quiero despertar.

Y no me acuerdo cómo fue que decidimos
dejar la partida,
en medio de la calle estoy y estoy perdido,
vacío en mi nueva vida,
en mi nueva vida.

Creo que el tren ya se va
sé que no puedo,
ya no puedo
caminar.

Si necesito tu calor
es que no sé,
¿cómo hay que hacer para esperar?

Y no me acuerdo cómo fue que decidimos
dejar la partida,
en medio de la calle estoy y estoy perdido,
vacío en mi nueva vida,
en mi nueva vida.

Y no me acuerdo cómo fue que decidimos
dejar la partida,
en medio de la calle estoy y estoy perdido,
vacío en mi nueva vida,
en mi nueva vida.

Creo que el tren ya se va...
Creo que el tren ya se va…
ya se va...
ya se va...

Tuesday, August 07, 2007

Contamíname.

Uno de los nuevos valores de la trova española, es sin duda Pedro Guerra. Este cantautor canario nacido un día de junio de 1966 refleja en cada una de sus canciones una sensibilidad muy particular y un esfuerzo por construir nuevos giros poéticos en cada letra. Un ejemplo es la hermosa Contamíname (acaso una de las tres canciones de Pedro que más me gustan), que juega con la idea de que la contaminación podría ser bella, la contaminación (con sus ojos, su cuerpo, su alma) de la persona que amamos en nosotros…

Cuéntame el cuento del árbol dátil
de los desiertos,
de las mezquitas de tus abuelos.
Dame los ritmos de las darbukas
y los secretos
que hay en los libros que yo no leo...

Contamíname, pero no con el humo
que asfixia el aire;
ven, pero sí con tus ojos y con tus bailes;
ven, pero no con la rabia
y los malos sueños;
ven, pero sí con los labios
que anuncian besos.

Contamíname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo.
Contamíname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo.

Cuéntame el cuento
de las cadenas que te trajeron,
de los tratados y los viajeros.
Dame los ritmos de los tambores
y los voceros
del barrio antiguo y del barrio nuevo...

Contamíname, pero no con el humo
que asfixia el aire;
ven, pero sí con tus ojos y con tus bailes;
ven, pero no con la rabia
y los malos sueños;
ven, pero sí con los labios
que anuncian besos.

Contamíname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo.
Contamíname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo.

Cuéntame el cuento
de los que nunca se descubrieron,
del río verde y de los boleros.
Dame los ritmos de los bouzukis,
los ojos negros,
la danza inquieta del hechicero.

Contamíname, pero no con el humo
que asfixia el aire;
ven, pero sí con tus ojos y con tus bailes;
ven, pero no con la rabia
y los malos sueños;
ven, pero sí con los labios
que anuncian besos.

Contamíname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo.
Contamíname, mézclate conmigo
que bajo mi rama tendrás abrigo.


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